domingo, 4 de marzo de 2012

El grito cegador del metal..

Sentí el calor inundar mis venas, sentí el aire apresurarse a mi garganta, preso de alguna prisa inexplicable. Sentí el dolor girar entorno a mis ojos, pero sin tocarme, simplemente, rodeándome, llevándome poco a poco con él. Sentí el silencio, atormentando mi voz. Escuché un silbido que el viento, amedrentado, dejó escapar.
Me senté sola entre la multitud de personas, que ignorantes a mi presencia seguían avanzando, seguían corriendo, huyendo ¿De qué? No lo sé. Tal vez yo también ignoraba algo en sus vidas.
Sentí la presión en el pecho y luego en cada centímetro de mi piel. Me sentí gritar, pero me apresaba el silencio. No veía a la gente avanzar, sólo veía el mundo girar entorno a un eje imposible. Sentía el llanto rebalsando y las lágrimas escapando, pero también sentía la piel seca, destruida. Escuché un golpe, o tal vez alguien me golpeó, simplemente sé que algo malo había hecho o eso decían ellos. Amanecí en un lugar extraño, sin saber donde estaba, sólo sentí el frío grito del metal envolver todo en oscuridad…

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